domingo, 30 de octubre de 2011

UNA MÁS DIFÍCIL NECESITO, COPÓN,

Pues mira, majete, al empezar parecióme que sonaba a Siniestro -convencido casi estaba-, pero en el estribillo no me sonó a tal -qué carallo- porque parecían asturianos.
Entonces cambiome de ubicación y empecé a buscar zalgales con gana de trovar y esas coses y, dejando a un lado al hortera de Melendi, encontreme con.......

LOS BERRONES.- "La de la escuela"

De todas formas, amigo Roldán, permíteme que de estos mismos te recomiende otro temazo: "Que guapa yes". ¡Redios, qué letra!:

"Qué guapa yes,
qué buena 'tas.
pero pa mí no hay ná.
Pa mí que yes como
un millón de euros."

¡Ah!, por cierto, la cervecita a tu salud, majete.

Listos... que sois unos listos...

Una cervecita a quién descubra grupo y título, y dos cervecitas el que me diga a qué canción rememora.


Quién soy?? - Y el título ??Interrogante




viernes, 21 de octubre de 2011

lunes, 10 de octubre de 2011

ONCE UPON A TIME...

Ahora es fácil oír el rumor del viento meciendo las hojas de los árboles, pero no siempre fue así. Aunque la hierba crece a sus anchas entre las traviesas de la vía, hubo un tiempo en el que, incluso, se podía adivinar a cada rato la llegada del tren con sólo apoyar la oreja sobre uno de los raíles. Hace años, antes de que fuera tomado por la desidia, las ratas y la carcoma, sobre el andén era fácil encontrar siempre a algún viajero de destino incierto o a alguien esperando la llegada de algún otro cual Penélope.

Hoy, sin embargo, dan la bienvenida los cristales rotos del desvencijado edificio de la estación; el viejo reloj que algún día se paró al marcar las cinco en punto; los muros cochambrosos de la taquilla; y ella, Doris, que resiste como puede los envites del óxido y del paso de los años. Su rostro, ajado por el tiempo, todavía conserva el orgullo de haber servido para unir el este con el oeste en un tiempo en el que adentrarse más allá de Missouri era cruzar la línea que separaba la razón de las balas, mucho antes de que sus pulmones quedaran tiznados de hollín. A pesar de todo, en los vagones que arrastró entonces ya no queda nada de los sueños que albergaron los buscadores de oro ni de fortuna, ni los recuerdos que marcaron con metralla y bayoneta el corazón de los soldados del ejército confederado. Hoy ya no queda nada de eso, sólo el rumor del viento meciendo las hojas de los árboles, la hierba creciendo a sus anchas entre las traviesas, el viejo reloj que algún día se paró al marcar las cinco en punto…

Esa estación está en Funks Grove (Illinois). Peterbelt y yo la conocemos.

Doris

viernes, 7 de octubre de 2011

martes, 4 de octubre de 2011

ON THE ROAD AGAIN

Los inmensos campos de cereal que bordean la S. Ridge Rd. a su paso por South Haven, marcan el límite de los miles de acres del rancho del viejo Billy Chance, a caballo entre Kansas y Oklahoma. El aspecto decrépito de Billy es sin duda consecuencia de más de cincuenta años masticando tabaco y bebiendo whisky a horas intempestivas; además, 275 libras de peso y dos cercos de sudor perennes bajo los brazos no ayudan precisamente nada a mejorar su aspecto, ni dejan adivinar su extraordinario pasado como mecánico en el equipo MKR. De todas formas, como su fama le seguía precediendo, me decidí a confiarle el inmenso arreglo que mi viejo camión necesitaba después del incendio que padeció hace ahora un año.

- Llegas una hora antes de lo que te dije –gruñó mientras escupía tabaco delante de la puerta de su establo/taller, que permanecía cerrada-. Me jode que la gente no me haga caso.

- Lo sé, Billy –respondí-, pero no aguantaba más. Un año sin ver la cara a mi amigo Peterbilt es mucho tiempo. ¿Crees que se acordará de mí?.

- ¿Acordarse de ti?...Fuck you! – y volvió a escupir mientras deslizaba la inmensa puerta corrediza del establo -. No me hagas perder el tiempo contestando a tus gilipolleces de siempre –añadió-.

La oscuridad del lugar se fue disipando a medida que la luz comenzó a invadir el viejo granero. Al fondo, tapado con una lona para protegerlo del polvo y de la humedad, se intuía una figura grande y pesada que me resultó desde un principio algo familiar.

- Muy bien, jovencito –dijo Billy mientras volvía a escupir-, ni te imaginas las horas que le he dedicado a este cacharro. Como vuelva a encontrármelo igual que lo trajiste juro por Dios que te arrancaré la vesícula biliar con mis propias manos, te lo dice un veterano de la 173ª División Aerotransportada que se hinchó a despellejar charlies en cuanto pisó suelo vietnamita. ¡Y ahora cierra esa boca de una vez, joder, que se te va a llenar de moscas!, no estás en el mejor de los lugares para tenerla abierta.

(en lo de la boca tenía razón).

Billy dio un fuerte tirón de la lona que lo cubría y apareció él, majestuoso, inmenso, ciclópeo, como si no hubieran pasado los años. Era Peterbilt, y me suplicaba que le dejara de nuevo echarse a la carretera…le pude ver el brillo impetuoso de sus ojos; también oí su respiración jadeante, como si le costara recuperar el resuello que un hijo de puta le robó bajo litros de cumbustible ardiendo; y gritó al fin, y me puso muy cachondo....
¡¡¡¡¡MMOOOOOOOOOOOC, MMOOOOOOOOOOC!!!!! ¡Mete de una jodida vez la llave en el contacto y vámonos cagando leches de aquí!

Espíritu indomable. Redios, qué caracter.