Hoy es el día. Me siento como aquél chaval al que por fin le dicen que los niños ni vienen de París ni los trae la cigüeña. ¡Joder!, yo todavía me acuerdo de cómo me enteré, y a partir de ese momento empecé a darme cuenta de lo fáciles y lo sencillas que son las cosas, ¡coño -me dije- por eso yo tengo cola y las chicas tienen "pepe"! ¡pero cómo no me he dado cuenta antes, si es de tontos no verlo! (desde ese momento dejé de mirar las tetas como si fuerna lunares y empecé a verlas como lo que realmente son: joder, las tetas son tetas). Pues más o menos me siento así.
Hoy es el día. Igual que el de los niños cuando se enteran de que los Reyes Magos no existen, que no son ellos los que traen los regalos. ¡Joder, -se dicen casi todos- ahora me lo explico todo, ahora todo tiene sentido!. Pues eso me pasa a mí.
¡Ah!, por cierto, antes de que se me olvide (hago un paréntesis). A ver, Manolo, hablando de otra cosa (¿o a lo mejor hablo de lo mismo?), ve quitándote la careta porque estoy dispuesto a cantarlo todo, todo. Descubre ti identidad de una vez si no quieres que sea yo el que lo haga.
Volvemos a lo de antes. Me siento igual que cuando los magos descubren su truco. Parece tan evidente que hasta tú mismo te sientes capaz de hacerlo, "me cago'n to, eso lo hago yo con la minga...". ¡Qué fáciles son las cosas...!. Hoy es el día.
martes, 14 de septiembre de 2010
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