

Amigas, ¡cómo nos acordamos de vosotras!... Si no fuera por estas conocidas mías no sé qué sería de nosotros. A la Mari ya la conocéis (¡ay omá, qué riquísima!. Y mira que son feas las cortinas), pero a Eva aprovecho para presentárosla: este cañón de mujer con esos ojos azules es de Polonia y la conocí un año en un programa de intercambio de estudiantes, yo estuve dos semanas en Varsovia y ella estuvo otras dos en casa (todo el tiempo tuve que tener la chimenea encencida, porque la jodía se pasaba todo el día como aparece en la foto y, claro, yo tampoco quería que se resfriara...)
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